CAPÍTULO XVIII: Nerea

Siento la necesidad de hablar sobre mi primer amor. No fue una historia fácil, básicamente porque no hubo historia. Fue otro amor no correspondido. Podría tener un máster en aventuras de este tipo. AJ no fue la primera, antes estuvo Nerea. Una chica completamente diferente a ella.

Mi historia con Nerea empezó como una amistad, la misma semejanza que con AJ. Hablábamos a todas horas, pero a ella la veía a siempre, porque compartíamos clase. En cuanto a forma de ser, no tienen nada que ver. Estuve mucho tiempo detrás de ella en silencio. A diferencia con AJ a ella nunca me atreví a confesarle mi amor y me alegro, porque terminamos muy mal. Cuando le dejé caer que me podía estar gustando, me dijo sin ningún tipo de tacto que tenía novio. Me pasé mucho tiempo pensando como podía dejarle caer que me gustaba para que me dijera que tenía novio. Este tipo de cosas solo pueden pasarme a mi. Te ilusionas y te pegas una hostia tremenda. Con Nerea no me afectaba que tuviera novio. Mi hermano conocía al chico, sabía donde vivía, cuando quedaban. Recordaba que los viernes los pasaba mal, eran horas sin saber de ella, como ahora me hace AJ. Aunque a Nerea le preguntaba que tal la tarde y me respondía feliz, porque se notaba.

Todo era bonito con ella. Guardo muchos recuerdos, pero no volvería a revivirlos. Me iba a su pueblo andando los sábados por la mañana, nos sentábamos juntos, la molestaba, la hacía reír, le tocaba la nariz, le apretaba los mofletes. Recuerdo que tenía mucho carácter y sigue teniéndolo. Me echaba broncas cuando hacia el tonto, cuando me pasaba o cuando hacia algo mal. Nos dejamos de hablar porque un día le envié un mensaje cualquiera. Estuve un día esperando su respuesta y ese día se convirtió en años. No me respondió nunca y en clase me dejó de hablar. No le fui detrás, tuve dignidad. Me preguntaba constantemente que había echo mal y tuve respuestas al cabo de un año. Yo era muy amigo de sus amigas y una amiga en cuestión me preguntó por ella, si la echaba de menos. Solo le dije que me gustaría saber que hice para que me dejara de hablar de un día por otro. La amiga consiguió que Nerea me dedicara cinco minutos y solo hablamos de ese tema. Me dio sus motivos, no coincidimos en lo que me decía y le dije gracias por atenderme en un tono irónico y lleno de sarcasmo. No iba a mendigar una amistad cuando me habían dejado tirado. Tenía la consciencia muy tranquila y la sigo teniendo. No me equivoqué en nada con ella, solo quería saber su punto de vista y hacer autocrítica, por si llevaba razón. Si no me quería a su lado, no me iba a tener. Pasé de quererla a olvidarla y no me costó la vida.

Cuando mejor estuve con Nerea, diría que ya hablaba con AJ. Eran como la luz y la luna. Nerea cuando quería era dulce, pero tenía un exceso de carácter que algunas veces la hacían antipática y borde. AJ era interesante, notaba que había química, nos entendíamos siempre. Físicamente también son diferentes. Nerea es rubia, bajita. Nunca me llegó a atraer físicamente. Me enamoré de su forma de ser, no la consideraba guapa, pero me gustaba. Mientras que AJ es más completa y más afín a mi en cuanto a personalidad. Podemos tener conversaciones serias y vacilarnos. Lo nuestro ha llegado a una confianza brutal. A Nerea vacilarla me daba miedo, por si la podía enfadar. También me enteré después que iba diciendo por ahí que me odiaba. Odio para es mi sinónimo de repugnancia hacia otra persona, ganas de querer hacer daño. Nunca le eché en cara esto, si quería decir cosas por detrás que dijera lo que quería, porque a mi ya no me importaba.

Muchas veces he repasado mi historia con Nerea y la he comparado con la de AJ. No tiene equiparación lo que sentía por una y lo que siento por otra. A Nerea conseguí olvidarla. La veía cada día y como si nada. En un principio costó acostumbrarse a lo que había elegido, pero no iba a suplicar nada. Mis sentimientos hacia ella cambiaron profundamente. No le guardo cariño y mis recuerdos con ella no aparecen nunca en mi cabeza. Están más que borrados. Con AJ tengo recuerdos y ganas de construir más, sobre todo vivencias como las que tienen las personas normales, es decir, cara a cara. Mi sensación con AJ es totalmente distinta que con Nerea. Quizás porque tengo más años o porque entiendo que lo que siento ahora es lo máximo a lo que puedo llegar en esto del amor. No puedo querer más que como quiero a AJ, no puedo soñar más que lo que sueño, no puedo imaginar más de lo que imagino y porque no puedo ir andando a su ciudad, si no me iba ya mismo. Nerea solo llegó a mi corazón, AJ llegó mucho antes que ella a mi corazón y ha conquistado mi alma, mi consciencia y mi interior en toda su plenitud.

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